Me gusta el subte porque es como el cumpleaños de quince de una prima lejana al que todos se ven obligados a ir aunque nadie tenga ganas. En él converge la mezcla más exótica de seres humanos, una suerte de feria llena de colores y ruido y voces estridentes y alguna que otra imagen triste.
Los pibes se metieron al vagón a los gritos. Eran tres y ninguno tenía más de ocho años. Eran flaquitos y chabacanos, maleducados sin maldad, medio pillos pero compañeros. Uno solo tenía zapatillas, el más chiquito. Y cuando digo chiquito no hablo de la cantidad de años sino de la cantidad de costillas que le conté sobre la piel desnuda. El más chiquito tenía las zapatillas y también tenía las tarjetitas. Las fue repartiendo mientras hablaba a los gritos y el otro le respondía a los gritos y un tercero le gritaba a la gente que les tiraran una moneda, que Dios los bendiga. Una señora se tapó los oídos. .
Recién cuando pasaron en retirada escuché hablar al pibe que tenía sentado enfrente. Él también habrá tenido unos ocho años.
-Mamá, ¿por qué gritan los nenes?-, preguntó, sin sacarles los ojos de encima. Eran ojos de asombro. ¡Qué libres eran los nenes que podían jugar en el subte!, habrá pensado.
-Porque son negros-, dijo la madre y sentí como si de repente me hubieran apretado el pecho. Pensé que había escuchado mal y presté atención. No sé por qué tuve miedo.
-Porque son negros. Y cuando sean grandes, van a ser ladrones. Vos tenés que tener mucho cuidado con esos chicos, ¿sabés?
La cara del nene cambió como cambia la luz de la tarde cuando es verano y son las ocho menos diez y hay sol y de repente son las ocho y todo se ha puesto oscuro. Sus ojos se apagaron y los ratoncitos de curiosidad que espiaban desde las pupilas se atacaron entre ellos. Sus cejas se torcieron hacia adelante y sus labios se convirtieron en una línea recta y severa. Creo que hasta se le cayó un poco de magia de los bolsillos.
-¿Sabés?
-Sí, mamá.
-Sí, mamá.
No entiendo muy bien lo que me ocurrió a mí. Se me aceleró el corazón y mi garganta se puso rígida y quería salir del tren aunque estuviera en movimiento. Quise ser yo el que gritara ahora, pero me pareció más virtuoso el silencio de quien sabe que nunca se humilla a alguien delante de sus hijos.
Tenías la oportunidad de sembrar una semilla de amor y preferiste perpetuar el odio. Elegiste enseñar a tener miedo. Podría haberte perdonado la falsa misericordia de quien observa y murmura 'pobrecitos' pero masticaste tanta bronca que ya no sabés hacer ni eso. Ay, nene, ojalá alguien te explique que tu vieja ese día estaba enojada y que los pibes de la calle no se juntan para jugar, sino porque tienen miedo. Los pibes de la calle no gritan porque son negros, gritan porque son invisibles.
Esa lógica de pensamiento es un mal heredado. Experimento un sentimiento similar cuando presencio escenas similares a la que describiste, que mayormente ocurren en silencio, en gestos y comportamientos discriminatorios de gente que aún no se tomo el tiempo de reflexionar, y desconoce el ejercicio de ponerse en el lugar del otro. Suena un poco fuerte llamarlos ignorantes, y quizá hasta incierto, por que puede que sean personas que sepan lo que deben, y sin embargo elijan cerrarse y educar desde el odio. Esa gente sin corazón debe hacerse a un lado, para evitar ir en retroceso. Si no suman, por lo menos que no resten.
ResponderEliminarSaludos.
"...pero me pareció más virtuoso el silencio de quien sabe que nunca se humilla a alguien delante de sus hijos..."...Y, como vos, Juan, elijo el silencio en este momento...Como diría Armando Tejada Gómez en su "Oración a la bandera": "...De los que te humillaron es piadoso no hablarte..."...Te abrazo fuerte!
ResponderEliminarBUENISIMO
ResponderEliminarQuien es el personaje principal?
ResponderEliminarLos nenes de la calle
EliminarQue tipo de genero literario es?
ResponderEliminarpara mi es un realismo crudo y duro
EliminarExquisito.
ResponderEliminarNo sé si hubiese podido ser tan respetuoso y no haber tenido una pequeña conversación con esa a esa "señora", sin ánimo de humillarla, conociéndome...no creo. Tal vez hubiese dicho al hijo, que de quien en realidad debería cuidarse es de su madre; el odio y el desamor, en un entorno tan cercano, generalmente es contagioso. Abrazo
ResponderEliminar¿Están de acuerdo con lo que la señora explica a
ResponderEliminarsu hijo sobre los chicos de la calle?
Resumen ?
ResponderEliminarDijeron que aca habia de todo y no hay un joraca jajaja, bue tnks 4 nothing.
ResponderEliminartengo el libro, Juan escribe hermoso.
ResponderEliminarQue tipo de texto es alguien me dice
ResponderEliminarUn cuento.
Eliminarque temas trata el cuento
ResponderEliminarTrata la discriminación y la pobreza
EliminarHace la tarea y no busques saludas rápidas, pensá! Pensá y no jod...
EliminarEs literario o no
ResponderEliminarSí. Es un cuento.
EliminarQue tipo de genero literario es?
ResponderEliminarNarrativo.
Eliminarel relato resulta creible ? y porque
ResponderEliminarQuien es el narrador de la historia y que situaciones observa?
ResponderEliminarXq el cuento se llama así?
ResponderEliminarEstá muy bueno, solo que es un cuento un poco triste ya que no esta buena discriminar a nadie por nada de nada, todos somos personas Únicas en este mundo, y esa mamá le enseñó algo muy feo al hijo, que no se le va a perdonar.
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