Árbol Gordo Editores

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Leer salva

Hoy mi inició amaneció con incontables avatares de banderas francesas y llamados desesperados a rezar por Francia en una suerte de despertar xenofílico que me dio un poco de esperanza. Porque nada más hermoso que aquel que desinteresadamente se compromete con el dolor de un extranjero, nada más inspirador. Recemos por Francia. Y por Libia también. Y por Siria, Palestina, Venezuela y México. Recemos por Somalia, por Nigeria y por Yemén. ¿O sólo los ciudadanos europeos y blancos valen nuestras oraciones? Nos compelen a rezar por una Francia que bombardeó Libia como si sembrar muerte no produjera frutos de tragedia. Nos piden que recemos como si justamente todo el showbiz religioso no fuera culpable de los inocentes que se mueren. Rezar por Francia sería como intentar apagar el fuego con un balde de nafta. Nos piden que recemos por extranjeros blancos mientras acusamos a los extranjeros morenos de robarse nuestros empleos y hacer colapsar nuestro sistema de salud. Tomamos vodka ruso y usamos teléfonos chinos y automóviles italianos, pero nos resulta repugnante que nuestro vecino sea peruano. Nos solidarizamos con el dolor del otro sólo cuando sale por televisión, y rezamos. Rezamos porque es más triste morir en Francia. Rezamos sin saber que una oración es tan útil para salvar una vida como esta publicación. Nos piden que recemos mientras aprovechan para subir la foto de ese viajecito a París en el 2008 y al pie escriben "qué triste". Triste sos vos, hermano. Triste es que haya inocentes muertos en París y en cualquier parte del mundo para justificar la guerra que están planeando los gordos de saco y corbata, los gordos que quieren petróleo y te piden que reces, pero nunca te van a pedir que leas. Que te informes. Que debatas con vos mismo, que cuestiones tus propios prejuicios. Ellos te piden que reces y mires fijo ese televisor chino que metiste al país escondido en el baúl de la camioneta. Porque meter tecnología escondida en vehículos está bien, es lo que se usa, pero cuando los que se meten ilegalmente son extranjeros famélicos que sueñan con una vida mejor nos encoleriza. Te piden que le reces a un ser imaginario mientras los seres de carne y hueso siguen matando. Te piden que reces a un ser imaginario de túnica blanca para que termine la guerra mientras los seres de carne y hueso y saco y corbata siguen fabricando armas. Te piden que reces por la muerte del europeo mientras al latino lo sigue comiendo el hambre y al árabe lo sigue ahogando el petróleo. No reces para que tu corazón esté tranquilo; mejor leé para que tu cerebro esté inquieto. Leer salva más vidas que rezar.

2 comentarios: