Árbol Gordo Editores

martes, 3 de julio de 2018

El arma la tiene el hombre del espejo

No sé si vos sabés la historia de Sebastián.

A los putos hay que matarlos a todos, escupió una vez contra el cielo, en un ataque de odio contra sí mismo y contra el mundo. En Monserrat todos sabíamos lo de Sebastián.

Todos menos él, decían las locas malas.

Pobre Sebastián, que nunca supo ser libre y que nunca se enteró del poder secreto de las invocaciones.

A los putos hay que matarlos a todos, le dijo el Rubio, cuando lo escuchó llorar. A todos, repitió el malandra, riéndose de las lágrimas que le resbalaban por  el rostro de quijada temblorosa. Lo agarró de los pelos y no le tembló el pulso; cuando le puso el tiro, se cagó de risa.
Sebastián se murió ese día, un seis de marzo, me parece.
Se murió de sí mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario