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martes, 3 de julio de 2018

No hace falta tener útero



No hace falta tener útero para entender que necesitamos educación sexual integral efectivamente aplicada en los establecimientos educativos y, por qué no, en otros organismos y ámbitos de interacción social.

No hace falta tener útero para comprender la necesidad que tenemos, como sociedad, de acceder en forma universal y gratuita a métodos anticonceptivos.

No hace falta tener útero para concordar con el existente derecho de los cuerpos gestantes a interrumpir un embarazo en condiciones seguras, siendo el Estado responsable por encuadrarse esta situación en un asunto de salud pública.


No hace falta tener útero para enterarse cuántas mujeres pobres pagan con la vida la moral ajena que rige sobre sus cuerpos, la condena a la maternidad forzada, la inocencia interrumpida.

No hace falta tener útero para unirse a la lucha de quienes piden educación, anticonceptivos y sacar al aborto de la clandestinidad. Con tener cerebro y corazón, alcanza.

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