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martes, 3 de julio de 2018

Miragem

Quiero despertar de este mal sueño y ver tu espalda flaca a mi lado y saber que nada malo puede pasarme. 

Pero sigo pellizcándome, mientras vos te deshacés en la sal de mis ojos hartos.

Te cansaste, me dijiste que estabas harto de ser mi sombra y no alcanzaste a enterarte que para mí eras sol de septiembre. Y quise alcanzarte, pero no pude. Me duelen los brazos. Me duelen los ojos. Me duele la memoria. Porque cuando se va el sol, lo que duele, duele más.


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